José María Sánchez-Ventura fue el último ministro de Justicia de Franco y el primero de la monarquía. Como notario mayor del Reino levantó acta de defunción del anterior jefe del Estado y del juramento de Juan Carlos I. En los nueve meses que permaneció al frente del Ministerio de Justicia afrontó problemas de enorme trascendencia legal que llegan hasta nuestros días. Así, entre otros, los referentes a ley de equiparación de la mujer al varón, con la desaparición de la vigente licencia marital. También, temas como la Ley Antiterrorista, la de indultos contemplados en la Operación Lucero o sus peticiones de gracia para los condenados a muerte por actividad terrorista.
No obstante, son hechos que siguen siendo desconocidos para la mayoría de los españoles. Como no podía ser de otra forma, en estas memorias dedica páginas importantes a las relaciones Estado-Iglesia, en las que narrará cómo ha de resolver asuntos heredados de su antecesor; ejemplo de ello es el caso Añoveros. A este se suman otros nuevos: la Asamblea de Vallecas o el asunto de las sedes vacantes de obispos en la que, por iniciativa propia, hace propuesta de resolución en el Vaticano ante el Papa Pablo VI. En estas páginas relata y describe esa etapa de la Transición de la que él formó parte. Con una infancia marcada por la Guerra Civil, cuenta entre sus méritos profesionales la creación de la Mutualidad de la General de la Abogacía. Católico comprometido, fue miembro de la Asociación católica de Propagandistas (ACdP), director y patrono del Colegio Mayor de San Pablo.
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