Pese al elevado nivel de armonización que se ha alcanzado en el ámbito de los contratos de consumo gracias a la promulgación de un amplio elenco de normas en el seno de la UE que regulan muy diversos aspectos de los contratos de consumo, el recurso a las normas de conflicto sigue siendo obligado para los jueces de los Estados miembro. De un lado, el esfuerzo armonizador de las instituciones comunitarias no abarca, al menos todavía, a todas las materias y, además, los instrumentos comunitarios únicamente se proyectan sobre los supuestos de naturaleza intracomunitaria pero no sobre los supuestos extracomunitarios. De otro, armonización no es igual a unificación.
El consumidor actual se enfrenta a demasiados retos: ha de ser responsable, sostenible, diligente…Frente a él, los instrumentos se suceden: atribución de competencia judicial, ley aplicable a los contratos, reconocimiento y ejecución de las sentencias obtenidas…
Junto al tradicional enfoque de derecho internacional privado, la obra incorpora una visión práctica de lo que debe suponer la exigencia como consumidores de la diligencia debida en derechos humanos que cabe exigir a las empresas con las que como consumidores contratamos. Todo esto entraña problemas y peligros legales para los que ofreceremos algunas soluciones actuales y prácticas.
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